miércoles, 20 de julio de 2011

El Primer Salón de la Plástica Morelense

Ha mostrado el rostro de la comunidad artística de Morelos
Por Lynda Cruz Balderas

Es viernes 13 de Mayo, nos dirigimos a la máxima casa de estudios al llegar decidimos caminar cuesta arriba en dirección a la Galería Universitaria. Mientras subimos la escalinata principal, vienen a mi mente los recuerdos de las contadas ocasiones que hemos visitado el campus, un examen profesional, alguna que otra exposición, y hace muchos años un examen de admisión para la facultad de arquitectura…  y aunque la vida me llevó por un camino diferente ese día en particular lo recuerdo gratamente.

Una de mis amigas muy interesada en aprobar el examen, le daba un último repaso a sus apuntes, mientras oía sus susurros, me dediqué a contemplar a los demás estudiantes, a contemplar el entorno, con la mirada recorrí los edificios, las herrerías, las ventanas…  en alguna faltaba un cristal, los pequeños arbustos estaban recién podados… era inevitable hacer comparaciones…

Finalmente llegó la hora, pasamos  al salón asignado y me dispuse a hacer lo correspondiente, todo sin novedad, lo esperado de un examen de admisión, algunas preguntas de las que difícilmente se sabe la respuesta, otras que fluyen naturalmente. Sin embargo casi al concluir, un par de preguntas me sorprendieron y no pude evitar sonreír, ya que gracias a mis observaciones de hacía unos minutos conocía la respuesta.

No recuerdo exactamente cómo estaban formuladas las preguntas pero eran algo así como: ¿de qué color está pintado el edificio principal de la UAEM? y ¿cuál es la inscripción que rodea el gran escudo del Estado de Morelos; mismo que está ubicado muy cerca de la glorieta de la Paloma de la Paz sobre la calle Heroico Colegio Militar?. La frase “La tierra volverá a quienes la trabajan con sus manos” vino a mi mente de inmediato… ambas preguntas las respondí al instante…  ese día aprendí lo importante que es conocer los símbolos que nos representan y sobre todo la gran importancia de la observación, el prestar atención a nuestro entorno, he de ahí que el artista observa y crea mientras que el público debe observar para disfrutar lo que al artista ha creado.

Finalizada nuestra caminata llegamos a la torre de rectoría. Ubicada en la planta baja la Galería Universitaria Víctor Manuel Contreras, cruzamos el arco de seguridad y gratamente descubrimos una gran cantidad de distinguidos asistentes, artistas e invitados especiales.  Al micrófono Doña María Elena Noval, a quién admiramos y leemos ocasionalmente, descubriendo siempre alguna faceta desconocida del arte.

Frente a nosotros una gran escultura de Víctor Hugo Núñez “Estudio 2 con cocodrilo” artista cuya obra pudimos admirar al transitar por Av. Morelos ya que estuvo presente durante un tiempo en el balcón superior del restaurante las Iguanas Green “s” a un costado del Cine Morelos.


A nuestra izquierda varias esculturas; destaca una brillante réplica en bronce de la “Paloma de la Paz”, un icono que reconoceríamos al instante en cualquier parte del mundo que se encontrase. Para mí representa el hogar, desde niña, al llegar a la ciudad después de un largo viaje por carretera, el ver la glorieta de la Paloma de la Paz me trasmitía una gran satisfacción ya que significaba que habíamos llegado finalmente a casa, a descansar en la paz del hogar.

Recorremos el resto de las esculturas con la mirada, se escuchan numerosos aplausos y la luz de los flashes iluminan el recinto, han cortado el listón inaugural. La gente se dispersa, todos esperamos ansiosos platicar un poco con los artistas. No hay mejor momento que este para conocer más de ellos y de sus obras. Si bien se dice que el arte cada quien lo interpreta a su manera, cuando se conoce al artista y es el mismo quien nos muestra su creación…  es tan agradable… es como si entráramos en una misma frecuencia… disfruto tanto cuando me comparten el mensaje que desean transmitir a través de los pequeños detalles en sus obras… es una experiencia memorable.

Una a una vamos contemplando y observando cada una de las obras que componen la exhibición. El arte figurativo (imágenes reconocibles) comparte el espacio con el arte abstracto (imágenes difíciles de reconocer) en una agradable armonía que nos hace disfrutar la estancia en el lugar… incluso el aire tenía el olor del arte.

 Los dieciocho participantes en tan importante muestra fueron elegidos por sus amplias trayectorias nacionales e internacionales todos han aportado sus diferentes estilos, “lo que se desea es crear polémica entre los artistas y el público” me comenta Doña Graciela Salas, con una gran emoción que se percibía en su mirada y en el tono de su voz.

El primer Salón de la Plástica Morelense fue inspirado en la primera exposición que presentó la Real Academia de Pintura y Escultura, en el museo del Louvre en París y que desde 1673 ha seguido promoviendo la cultura. “Es muy importante mostrar el rostro de una comunidad artística que existe en Morelos, es un grito de presencia… abajo la violencia arriba el arte…” me dice Don Fernando Silva, cuya obra “Metrópoli XVI” ha sido inspirada en las fachadas de los edificios Neoyorkinos y representada por el artista en un lienzo donde las figuras geométricas crean el efecto de ventanas y balcones.

Mientras observaba a detalle la obra “Atleta” de Don Francisco Maza descubrí parcialmente ocultos en el lienzo unos billetes de lotería… ¡es genial!... ese es el pequeño detalle que a mi parecer complementa y le da un toque tan particular a la obra, lo he interpretado como el enorme deseo del Atleta de ganar, ese deseo que sentimos todos de ser victoriosos… aunque sea en alguna ocasión.

Los colores… la gran mayoría sentimos una preferencia por determinados colores. En lo personal,  los azules llaman poderosamente mi atención. He disfrutado enormemente la obra “Platicando” de Don Carlos Kúnte, al entrecerrar los ojos me ha parecido ver como los personajes  conversaban entre sí… un viaje para la imaginación…

Estamos frente a la obra del maestro Don Rafael Cauduro, su obra es inconfundible. En esta ocasión mientras admiramos su obra “Tiradero de nacionales de México” de la serie “Ferrocarriles Nacionales”; le he preguntado: ¿cómo es que un artista logra crear ese estilo propio que hace que su obra se vuelva única y que el público la relacione al instante con el autor?

Mira pensativo el horizonte por unos segundos y me responde que en su caso al ser un artista autodidacta, ha estudiado por sí mismo en lugar de llenarse de todo, de influencias. “Se le da prioridad a los gustos, se mezclan experiencias y finalmente te aventuras y nace… el estilo propio” me dice. Meditándolo un poco… es muy cierto, el alumno tiende a copiar al maestro constantemente…

Llegamos a la sala donde se encuentran ubicadas las esculturas de Don Xerxes Días y Don Ares Demertzis, los muros han sido pintados de negro y hacen resaltar magistralmente las obras de ambos artistas. Mientras observamos “La dama roja” alguien muy atento me ofrece un vasito de clericot, ¡ahhh… que refrescante!... hacemos una breve pausa para disfrutar de los exquisitos bocadillos que han sido colocados elegantemente de acuerdo a la ocasión. Muy apetecibles a la vista decidimos deleitamos con las tortitas toulqueñas, los sandwichitos gourmet, y el salmón ahumado con aceite de oliva… “los camarones empanizados con salsa tártara están deliciosos” me dice alguien en voz queda…

Continuamos con el recorrido,  finalmente conocemos al maestro Xólotl Polo cuya exposición en el Jardín Borda “Cruzando líneas” despertó nuestra admiración por su trabajo. La manera en que trasformó las lonas de las campañas políticas en piezas únicas nos cautivó a muchos. Muy amable y sonriente accede a posar junto a nosotros para el recuerdo digital y nos invita a conocer su estudio, una invitación que aceptamos al instante.


Largo es el camino del arte… y aunque el creador sea efímero… la obra queda para las generaciones en ella se contemplen…”  Miguel Salas Anzures

Publicado en el Periódico La Unión de Morelos el 24 de Junio del 2011.